¿Cuántas veces hemos escuchado esa frase? Una frase que además de los libros aplica para todo en la vida. El propósito de este post no es profundizar en todo lo que hay detrás de esta famosa frase, a decir verdad, es más para contar algo personal que sí hace referencia específicamente a las portadas de los libros.
Siempre me ha gustado leer, he leído toda mi vida, siempre me ha gustado el mundo de los libros y he atravesado por diferentes etapas, desde los libros físicos, los electrónicos, los audiolibros y de vuelta a los físicos, hoy en día utilizo los tres formatos para sacar el mayor provecho del tiempo y los adapto dependiendo de las circunstancias; etapas en las que leía para aprender algún tema de la escuela y otras en las que leía por simple entretenimiento. En la penúltima etapa de mi vida como lector, en la que leía sólo por leer, no había ningún tema o autor en especial pero si cierto tipo de literatura, me gustaba mucho historias que involucraran teorías conspiratorias o libros que tuvieran que ver con cosas secretas, como lo son las sociedades. Mi enorme gusto por el diseño me llevaba a leer libros que efectivamente me atraían simplemente por el diseño de su portada, la verdad es que nunca me arrepentí de leer alguno que terminara no gustándome, siempre me atrapaban las historias y disfrutaba su lectura.
En esta última etapa de mi vida como lector mis intereses han cambiado de forma radical, hoy busco temas específicos como son el desarrollo personal, la psicología humana, la meditación, temas que tengan que ver con el poder de la mente, la espiritualidad, las finanzas, el liderazgo, etc., mi interés por estas categorías me ha llevado a descubrir muchos autores y libros que me han adentrado más y más en estos temas que me apasionan y que me han convertido, de forma subjetiva, en una mejor versión de mí mismo, a decir verdad, hoy sigo dejándome llevar por la portada de los libros pero de una forma diferente, ahora mi decisión para comprar un libro se basa en cuál es la portada que más me gusta, la versión en inglés (cuando aplica) o la versión en español, algunas veces es la misma y en otras ocasiones, las más, termina gustándome la portada de su versión en inglés y es que, sin que se me juzgue de malinchista, desde hace muchos años estoy convencido que una gran parte de las tendencias de diseño en el mundo son dictadas por agencias y escuelas estadounidenses, personalmente soy fanático del uso que hacen de colores, texturas, tonalidades, ideas y combinaciones que hasta que no las ves, jamás creerías que pudieran verse bien.
En conclusión, mi gusto por el diseño sigue siendo una parte fundamental para juzgar a un libro por su portada e influye en mi decisión de compra, y tú, tienes alguna predilección al respecto?